- Área: 360 m²
- Año: 2005
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Fotografías:Jorge Taboada
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Casa del Lobo se ubica en Cuautitán Izcalli, muy cerca del Lago de Guadalupe, donde la zona urbana de la Ciudad de México comienza a desaparecer. Es una casa introspectiva, donde solamente un balcón se asoma desde la recámara principal a ver el lago. Lo demás es un juego de cubos contenidos por la caja principal formada por los muros de colindancia.
Dos cubos sólidos en la planta alta flotan sobre tres cubos transparentes. Los cubos sólidos protegen la intimidad de las habitaciones, las cuales son iluminadas por aberturas muy sutiles en las uniones del techo y los muros, y por pequeñas franjas verticales en la fachada oriente.
Los cubos de vidrio albergan las áreas públicas, recibidor, cocina, comedor y una sala principal a doble altura; es aquí donde más se hace notar una transparencia que combina el lenguaje puro de los materiales de las Case Study Houses californianas con la espacialidad del raumplan de Adolf Loos, esta fluidez continúa por las escaleras y por un par de puentes ligeros que conectan los cubos entre sí.
A su vez, los cubos están divididos por un espejo de agua en el sótano que provoca la sensación de que el área más transparente, la de la sala, se encuentre en un permanente estado de flotación.
La caja de colindancia sirve para contener un jardín que rodea la casa y así crear un exterior privado, pequeños paraísos artificiales donde se pueda detener la vista. En estos exteriores termina el juego geométrico de los cubos, con punzadas de luz y vegetación que penetran la casa por cualquier ángulo.
Por último, la fachada oriente, que evidencia la contradicción de los cubos transparentes que soportan el peso de los cubos sólidos, va un paso más allá en su ironía: en vez de romper la volumetría, se mantiene plana y juega con las aberturas verticales de la planta superior que forman un código de barras con la cancelería de la planta baja. De esta manera, el interior de la casa se fragmenta en líneas, el exterior codifica los movimientos al interior. Un código de tiempo, un código de luz.